Comprender la negligencia comparativa en los casos de lesiones personales
Cuando se producen accidentes, no siempre está claro quién tiene la culpa. En algunos casos, ambas partes pueden haber contribuido al accidente en cierta medida. En tales situaciones, entra en juego un concepto jurídico denominado negligencia comparativa. En este artículo, discutiremos qué es la negligencia comparativa, su historia, cómo funciona y cómo afecta a las víctimas de accidentes. También proporcionaremos consejos y detalles útiles sobre cómo hacer frente a la negligencia comparativa y sus efectos en un caso de lesiones personales.
La negligencia comparativa es un principio jurídico que asigna la culpa a cada parte implicada en un accidente en función de su grado de negligencia o responsabilidad en el siniestro. En virtud de la negligencia comparativa, la indemnización de la víctima se reduce proporcionalmente a su grado de culpa. En otras palabras, la indemnización de la víctima se reduce en el porcentaje de su propia negligencia.
Por ejemplo, supongamos que un peatón es atropellado por un coche mientras cruza la calle. El peatón estaba mirando el móvil en ese momento y no vio venir el coche. El conductor del coche también estaba distraído, consultando su GPS. En este caso, tanto el peatón como el conductor contribuyeron al accidente. El tribunal puede asignar el 50% de la culpa al peatón y el 50% al conductor. Si se determina que los daños del peatón ascienden a 100.000 dólares, su indemnización se reducirá en un 50% para tener en cuenta su propia negligencia, lo que dará como resultado una indemnización de 50.000 dólares.
El concepto de negligencia comparativa se originó en Estados Unidos a principios del siglo XX. Antes se utilizaba un principio jurídico conocido como negligencia contributiva, que impedía a las víctimas cobrar indemnización alguna si se consideraba que habían contribuido de alguna manera al accidente. La negligencia contributiva solía considerarse injusta para las víctimas, ya que no tenía en cuenta el grado de culpa de cada parte.
La primera vez que se utilizó la negligencia comparativa en un tribunal fue en 1918 en Wisconsin. El caso se refería a un accidente de tren en el que el demandante fue declarado parcialmente culpable por situarse demasiado cerca de las vías. El tribunal sostuvo que los daños del demandante debían reducirse en proporción a su grado de negligencia.
La negligencia comparativa y la negligencia contributiva son dos principios jurídicos utilizados para determinar la culpa en los casos de lesiones personales. Mientras que la negligencia comparativa permite a las víctimas reclamar daños y perjuicios aunque hayan sido parcialmente culpables, la negligencia contributiva impide a las víctimas reclamar daños y perjuicios si se determina que han contribuido al accidente de algún modo.
Para ilustrar la diferencia entre ambos conceptos, veamos un ejemplo. Supongamos que un conductor se salta un semáforo en rojo y atropella a un peatón que estaba enviando un mensaje de texto mientras caminaba. Según la negligencia comparativa, el tribunal puede asignar el 80% de la culpa al conductor y el 20% al peatón. Si se determina que los daños del peatón ascienden a 100.000 dólares, su indemnización se reducirá en un 20% para tener en cuenta su propia negligencia, lo que dará como resultado una indemnización de 80.000 dólares.
Sin embargo, en caso de negligencia concurrente, el peatón no podría reclamar indemnización alguna, aunque el conductor fuera el principal responsable del accidente. Ello se debe a que la negligencia contribuyente impide a las víctimas obtener indemnización alguna si se determina que han contribuido de algún modo al accidente.
El uso de la negligencia contributiva prevaleció en Estados Unidos hasta principios del siglo XX. En aquella época se consideraba injusta para las víctimas, ya que no tenía en cuenta el grado de culpa de cada parte. La negligencia comparativa se introdujo como una alternativa más justa, que permitía a las víctimas recuperar los daños aunque tuvieran parte de culpa.
La negligencia comparativa puede tener un impacto significativo en las víctimas de accidentes. Si se considera que una víctima es parcialmente culpable del accidente, su indemnización puede verse reducida, incluso si la otra parte fue la principal responsable del siniestro. Esto puede dar lugar a una indemnización menor para la víctima, que puede no compensar plenamente sus pérdidas.
Sin embargo, la negligencia comparativa también ofrece cierta protección a las víctimas que pueden haber contribuido al accidente en cierta medida. Con la negligencia contributiva, estas víctimas no podrían recibir indemnización alguna. Con la negligencia comparativa, las víctimas pueden recibir alguna indemnización, aunque hayan tenido parte de culpa.
Consejos para hacer frente a la negligencia comparativa:
Si usted está involucrado en un accidente y la negligencia comparativa es un factor, hay varias cosas que usted puede hacer para proteger sus derechos y maximizar su recuperación:
1. Busca atención médica: Incluso si usted cree que tuvo parte de culpa en el accidente, es importante buscar atención médica de inmediato. Retrasar el tratamiento médico puede empeorar sus lesiones y perjudicar su caso.
2. Reúne pruebas: Recoge todas las pruebas que puedas sobre el accidente, incluidas fotos, declaraciones de testigos e informes policiales. Estas pruebas pueden ayudar a establecer el grado de culpa de cada parte.
3. Consulte con un abogado: Un abogado con experiencia en lesiones personales puede ayudarle a navegar por las complejidades de la negligencia comparativa y proteger sus derechos. Pueden asesorarle sobre la solidez de su caso y ayudarle a negociar con las compañías de seguros para asegurarse de que recibe una indemnización justa.
4. Además, es importante que las víctimas digan la verdad cuando se trata de negligencia comparativa en casos de lesiones personales. Ser honesto acerca de sus acciones y el nivel de culpa puede ayudar a establecer la credibilidad ante el tribunal y las compañías de seguros. Intentar ocultar o restar importancia a su propia negligencia puede, en última instancia, perjudicar su caso y dar lugar a una indemnización menor.
En conclusión, la negligencia comparativa es un importante concepto jurídico que asigna la culpa a cada parte implicada en un accidente en función de su grado de negligencia o responsabilidad. Si bien puede tener un impacto en la indemnización recibida por las víctimas de accidentes, sino que también proporciona cierta protección para aquellos que pueden haber contribuido al accidente en cierta medida. Al comprender los principios de la negligencia comparativa y trabajar con un abogado con experiencia en lesiones personales, las víctimas pueden proteger sus derechos y maximizar su recuperación.
Créditos: Imagen principal de Freepik